Desde 1977 soy profesor, de bachillerato primero y de secundaria y bachillerato después, con chicos de entre 12 y 18 años. Desde 1981 utilizo tecnologías digitales para que mis alumnos aprendan. He estado en la formación del profesorado desde 1984 a 1994, en el Proyecto Atenea (PNTIC-MEC), dinamizando grupos de maestros para que innovasen sus enseñanzas con el uso de las TICs. Eso supone que, en total, 30 de mis 35 años de actividad educativa los he dedicada al uso de la TICs. Los 5 años restantes, los anteriores a 1982, no lo he hecho porque no existían los ordenadores personales... Al menos a mi alcance :-)
Solo sea por el tiempo pasado, algo he aprendido. Y sigo.
Ahora lo digital ha
invadido lo económico, lo personal y lo profesional. Ha
revolucionado todas las industrias en los últimos años: La industria de
la cultural, bancos, comercio, distribución, salud, formación ...
Las industrias
culturales (medios de comunicación, música, cine, televisión, etc), en
conjunto, se ven afectados por la revolución digital, tanto en
sus prácticas (producción/distribución) como en sus modelos de
negocio. Ignorar esta realidad puede llevar a la quiebra.
El individuo tiene una
multitud de servicios en línea (comercio, banca, cultura,
entretenimiento, educación,...) los medios de acceso (PC, teléfonos
inteligentes, tabletas) y maneras de expresarse, colaborar, crear
(cámaras de video y cámaras digitales, consolas de juego conectadas,
redes sociales, ...).
Las tecnologías digitales se están convirtiendo en algo común para el público en general, con soluciones baratas .
La revolución, que hace esto posible, es que las tecnologías digitales
han pasado, desde 1982, de desarrollarse en lo local a situarse en el
ámbito de lo social y de lo móvil.
Esto tiene implicaciones
en el aprendizaje y en los entornos donde se produce, el colegio, la
casa, las relaciones, los ámbitos de aprendizaje informal,... Los entornos digitales de formación han roto varias unidades, la de tiempo: ahora hablamos de sincronía
y de asíncronía, la de lugar: ahora hablamos no solo del centro de
formación, sino del espacio público digital, de la empresa o del
domicilio, y la unidad de aprendizaje: ahora hablamos de
individualización y de socialización.
Los campus virtuales,
nominal y tecnológicamente, lo han invadido todo en la enseñanza
superior (ES) y hacen esfuerzos (una vez rota la economía de escala por
los entornos open source) por ser usados en otros niveles. En
cualquier caso esto supone un reto de adaptación para los niveles
anteriores a la ES o a la profesional superior, donde se han de
desarrollar competencias de aprendizaje virtual en los alumnos y de
enseñanza en los profesores.
Sin embargo, desde 1982 a 2012, en treinta años de aprendizaje basado en tecnología ¿qué ha permanecido invariante?.
Se han sucedido
distintas situaciones, herramientas --- modas en definitiva--- pero algo
ha quedado de forma invariante: La capacidad que tienen los entornos y
herramientas digitales para procesar y representar la información más
allá de las capacidades individuales, y de proyectar más allá las
posibilidades de aprender.
Como decía Papert (1) se
trata de "Enseñar a los Niños cómo ser Matemáticos en lugar de enseñar
Matemáticas para Niños", de que "el maestro use el método de
descubrimiento y perfeccione la serie de preguntas que llevan a la clase
a descubrir en el texto la línea Del cielo cayó una rosa"
Hoy como ayer (2) "una
característica muy importante del trabajo con computadoras es que el
maestro y el alumno pueden trabajar en real colaboración intelectual;
juntos pueden tratar de hacer que la computadora haga esto o aquello y
comprender lo que efectivamente hace".
Bajo
esta perspectiva, y con este hilo conductor, no hay solución de
continuidad entre métodos y recursos tradicionales y métodos y recursos
digitales. No hablamos pues de tecnología, éste no es el epítome,
hablamos de aprendizaje. En definitiva utilizamos la tecnología,
organizamos la educación (los medios y los contenidos), para que las
personas APRENDAN.
Es imposible que los que vivimos con alumnos perdamos este horizonte.
Desde hace veinte años
combino la práctica de la enseñanza con la investigación. En particular
me ocupo de investigar procesos de aprendizaje mediados por tecnologías,
y su proyección en el diseño instruccional: Secuenciación de
contenidos, generatividad, calidad centrada en el aprendizaje,... y
ahora en identidad digital y perfil social de aprendizaje.
Sin embargo, y no solo
de lo que yo hago sino de lo que se investiga en general, hay una
relativamente escasa repercusión en a práctica. Hasta el momento, los
modelos pedagógicos que tienen su base en las ventajas que pueden
suponer un uso suficiente de las tecnologías digitales no son una
práctica generalizada. Cosa que si sucede con la tecnología usada como
un fenómeno de entretenimiento. Este hecho me hace pensar que tras
determinadas prácticas y posiciones supuestamente teóricas subyacen
intereses de muy diverso tipo y estrategias muy elaboradas de marketing.
Muchas veces estamos
desarmados frente a la tecnología educativa, o a determinados mensajes.
Somos acríticos. Y esto concierne a todos. A los maestros: La
proliferación de móviles, pizarras electrónicas, recursos en Internet,
no es suficiente. Podrían pensar en otras maneras de enseñar con
recursos, tomando por lo menos en cuenta diferencias individuales para
poner en práctica actividades y una ayuda más atenta y con más detalle.
Los gestores de formación podrían pensar en que la clave está en una
adecuada formación del profesorado en esta dirección, que es cada vez
más urgente, y no tanto la formación en medios.
Concierne a los padres:
Siendo menos conformistas con lo “correcto”, y con hacer la “vista
gorda” ante sus hijos ocupados con el ordenador en actividades
supuestamente educativas.
A los políticos: Poner
ordenadores y redes no basta. Aunque el electorado sea agradecido al
respecto. Pero alguna vez se dará cuenta de cuales son los intereses a
largo y medio plazo, y pasará factura... Pero sobre esto, aunque
prefiera creerlo, soy más escéptico
A los investigadores: No
hay suficientes evidencias de las ventajas de usos y herramientas que
se aceptan acríticamente, e incluso se ensalzan con un lenguaje
acientífico en foros, publicaciones, papers, …
Y por último me
concierne a mí. La actual proliferación de artículos, publicaciones y
elaboraciones en general que se centran en planteamientos
tecnologicistas y academicistas, (no confundir estos últimos con
plateamientos investigadores, que utilizan el rigor de la prueba), me ha
llevado a abrir este blog en una línea crítica.
----
(1) S. Papert, "Matemáticas para niños"
(2) S. Papert, “Alas para la mente”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario